publicación Online
 
 
  ir a pagina principal regresar     
Julio 2013
Edición No. 293
ir a ediciones anteriores  

Stándar & PoorsLa anhelada “A”


Samuel Cepeda Tovar.


Fue categórico el anuncio de la calificadora Stándar & Poors al anunciar en voz de su representante en México, Víctor Manuel Herrera, que hoy más que nunca México se encuentra a un paso de lograr la calificación A. Es decir, que nuestro país está por ganarse la confianza total para cumplir con sus obligaciones financieras.

La noticia en lo personal no me parece nada interesante ni mucho menos nodal para la existencia y marcha de nuestro país, no obstante, el análisis de la calificadora definitivamente tiene puntos que es preciso resaltar. Para empezar, la solidez financiera y la estabilidad macroeconómica a mediano y largo plazo están directamente relacionadas con “despetrolizar” nuestra economía. Pues gran parte del gasto corriente y del presupuesto federal está compuesto con recursos eminentemente provenientes de PEMEX. Y para ello, parte de la solución estriba en una reforma fiscal que aumente los impuestos al consumo y elimine la tasa cero en medicinas y alimentos, lo cual, me parece acertado, pues dentro de la OCDE, nuestro país es de los que menos recauda en materia impositiva; y es de suma importancia prepararnos para el momento en que la energía limpia sustituya al crudo y nuestro país se quede sin recursos económicos. Algo que inexorablemente sucederá.

El problema del gobierno es que la cuestión de los impuestos no es nada popular, mucho menos cuando es común y conocido por propios y extraños el despilfarro de recursos que la clase política y sus instituciones realizan con descaro. En ese sentido, me parece que la reforma fiscal debe venir aparejada de una reforma política que contemple reducción del número de diputados, del salario de funcionarios, de un recorte de la burocracia gubernamental, y muchos otros detalles que deben mostrar la displicencia del gobierno con la austeridad y la sana y apropiada aplicación de recursos si desean incrementar los impuestos. Pues no se trata de cobrar más para gastar más sin planificación.

De ahí, que alcanzar la tan “anhelada” A, no me parece algo trascendente, pues para empezar, fue la misma calificadora la responsable de la crisis económica mundial de 2008 gracias a sus imprecisas calificaciones de riesgos. Además de que dicha calificación sólo beneficia directamente al gobierno en turno, pues más confianza en las finanzas sólo significa una cosa: más capacidad para pedir préstamos y endeudarnos todavía más. Lejos de pensar en alcanzar una letra, es mejor pensar en las apropiadas reformas que nuestro país necesita, pues tampoco el tener sanas finanzas significa que debemos endeudarnos más, sino todo lo contrario, siguiendo el ejemplo de los chinos, generar riqueza, pero ahorrar para invertir en lugar de despilfarrar. Y la reforma fiscal, aunque a muchos no les parezca, es inevitable.

 
 
 
http://enroqueanalitico.blogspot.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino